El rey de los feacios


Soy Alcínoo, hijo de Nausítoo y rey de los míticos feacios en Esqueria. Yo me casé con mi sobrina Arete, hija de mi cuñadito Rexenor (cómo se come esto?) con quien fui padre de Nausícaa, Laodamante, Halio y Clitoneo. Fui famoso por mi hospitalidad, pero es que tuve la ocasión de recibir y favorecer a dos de los más grandes héroes de los griegos. Quién no habría actuado igual en mi lugar? Acogí al argonauta Jasón y a Medea en su huida de la Cólquide tras robar el Vellocino de oro. Eetes los perseguía aún. Yo, aunque no conocía entonces a Jasón, sentía simpatía por él, ya que era hijo del desafortunado rey Esón, destronado por su hermano, que me honraba con su amistad. De ella no tenía referencias, pero me pareció mujer apasionada y entregada a su esposo.
Como fuera que Eetes llegó tras ellos pidiendo que su hija le fuera devuelta, tuve que acceder, pero poniendo la condición de que Medea y Jasón aún no hubieran consumado su matrimonio. Mi esposa Arete se apresuró a preparar el tálamo y oficiar a escondidas la ceremonia. Eetes tuvo entonces que renunciar a recuperar a su hija y volvió a su extraña y lejana tierra. Los Argonautas pudieron volver entonces a Yolcos, pero tengo noticias de que Jasón no pudo recobrar su trono.
Tambien acogí a Ulises tras su último naufragio. En verdad fue mi pequeña Nausícaa quien lo encontró en la playa, un día que fue con sus esclavas a lavar las ropas de palacio.
Él nos contó sus aventuras y, a pesar de las amenazas de Poseidón le ayudé a reemprender
su viaje de regreso a Ítaca.