No sufráis por Ariadna


Hola queridísima especie humana!! Soy Ariadna, una ex humana que gracias a la traición del hombre del que me enamore perdidamente me convertí en diosa; así que muchas gracias, Teseo (si es que me estás escuchando).
Pero para que os enteréis mejor de las clases de hombres que existen debajo del olimpo os voy a contar mi historia, y en ella parte de la historia del ahora desgraciado de aquel héroe que me pidió la mano, y por supuesto de mi maravilloso esposo Dionisio, por el que gracias a él, ahora soy diosa:
Mi padre, el rey Minos 2 de Creta, me dio muchísimos hermanos. Yo a mi padre lo tenía en un altar. Pero claro, todo el mundo se enamora, y no siempre de la persona adecuada (como fue mi caso) así que enamoradísima del guapísimo Teseo (que todo hay que decirlo) contribuí en la decadencia de la gran isla en la que vivía por conseguir su amor. Y como él fue una persona muy importante en mi vida (aunque me abandonase en aquella isla), os voy a contar como lo conocí:
Atenas, enviaba cada año a un grupo de muchachos y de muchachas para que el Minotauro que se encontraba en la isla donde vivía pudiese comer; así que en el tercer tributo que Atenas mandó venía un joven hermosísimo del que sinceramente me enamoré de él nada más verlo, el era un hombre, como los que no se ven todos los días, era un morenazo de ojos grandes y muy alto; y lo quería para mí; y por tal de que el Minotauro no se lo comiese cuando Teseo (el moreno del que me enamoré) fuese a intentar matarlo fui a pedirle ayuda a Dédalo, que fue el que construyó el laberinto donde se encontraba el Minotauro, y el único que sabía como matarlo; Dédalo me dijo que la única forma de matar al Minotauro era clavándole su propio cuerno en la frente, y además me dio una madeja de hilo que se iluminaba por la noche y se estiraba, para que Teseo no se perdiese en el laberinto y supiese salir de él.
Y como yo quería estar siempre con Teseo, le dije que yo lo ayudaría a matar al Minotauro, si el me prometía que me llevaría a Atenas con él y se casaría conmigo y por supuesto me lo juró, pero claro (y esto va para todas las mujeres “y hombres” que estén leyendo mi historia), de los juramentos de los hombres no fiaros mucho.
Yo ayudé como ya he dicho a mi amado sosteniéndole el hilo desde afuera del laberinto para que pudiese volver y volvió, desgraciadamente volvió y como una ciega me monté en su barco muy feliz con el resto de muchachos y muchachas que Atenas había enviado para el Minotauro; pero no llegué a pisar Atenas, de esta parte de la historia, la gente se han inventado muchas tonterías para que Teseo no quede tan mal, como que una tormenta lo arrastró mar adentro mientras intentaba rescatar los barcos de la olas, ¡mentira!; también se ha dicho que me ahorqué, ¡yo! ¡Por un hombre que me abandonó! Por Dios, es que la gente…!!; también me ha llegado a mis oídos que me fui a vivir en Creta con Énaro, y eso no es cierto. Pero yo os voy a contar la pura verdad: Mientras yo dormía en la isla de Naxos, en la cual paramos para coger provisiones, Teseo se marchó, me abandonó, y eso me dolió muchísimo, pero la vida se lo pagó…
Bueno que me despisto: abandonada por el hombre por el que había traicionado a mi patria un apuesto hombre me rescató, bueno ese hombre es ahora mi maravilloso marido Dionisio, al que le regalé una corona de oro con gemas de la India, que si soy sincera me la regaló Teseo, cuando mi padre, Minos puso en duda de que era hijo de Poseidón, pero esto es un secreto, como se llegue a enterar mi gordo se mosquearía conmigo mucho.
Así que me casé con Dionisio, y Zeus, me hizo diosa, una diosa que siempre estará joven y lo más guapa posible para su marido.
En cambio a Teseo me ha llegado la información de que no le fue muy bien la cosa, cuando estaba llegando a Atenas le empezó el remordimiento de haberme dejado allí (pobrecito ¿no? . ¡Se tenía que haber muerto antes!) Y se olvidó de poner las velas del barco de color blanco, del color que le había prometido a su “padre” (es que este muchacho tenía dos padres, ya os lo contará él), Egeo que cuando vio las velas negras pensó que su hijo Teseo había muerto, y del gran disgusto que le dio al hombre se suicidó arrojándose desde la Acrópolis.
Después creo que pasó el resto de su vida solo y amargado, creo que la vida ha sido justa con él, se lo tenía merecido.
Y esta es mi historia de cuando yo era humana y de como me convertí en diosa , espero que os haya gustado y que penséis lo mismo que yo (respecto a Teseo). Hasta otra.