Mi nombre es Gea o, como me llamáis vosotros, Tierra, y surgí del Caos.
Yo sola, sin ninguna intervención masculina, di a luz a Urano, el cielo; a Ponto, el ancho mar; y a las Montañas.
Y os voy a contar lo mal que lo pasé al casarme con uno de mis tres hijos: Urano, aquel a quien los humanos llamáis Cielo.
Durante mi matrimonio iba yo engendrando hijos de él, y estos iban desarrollándose en mi vientre. Pero cada vez que la hora del parto se aproximaba, mi monstruoso marido retenía al hijo en mis entrañas, impidiéndole ver la luz. Embarazo tras embarazo, mi vientre se iba hinchando, ya que todos mis hijos se encontraban en mí.
Hasta que un día llegó en el que ya no pude más, los dolores eran tan intensos que pensé que, si a él le era indiferente mi sufrimiento, yo debía dejar de obedecerle. Me daba igual su irracional temor a que uno de nuestros hijos le arrebatase su supremacía sobre el Cosmos.
Así que le di una hoz al más joven de mis hijos, Cronos, para que cortara los genitales de su padre la próxima vez que los introdujese en mí. Y así fue como mi hijo castró a su padre la siguiente vez que me hizo el amor.
Nunca he vuelto a ver a Urano. Vivo tranquila desde entonces. De su sangre brotaron las terribles Furias, los monstruosos Gigantes, las ninfas de los fresnos. De su miembro arrojado al mar nació la más hermosa de las diosas, Afrodita.
Pero, sobre todo, vieron por fin la luz mis hijos:
Los Cíclopes, que aún hoy forjan el fuego de Zeus.
Los Hecatonquires, gigantes de cien brazos.
Los Titanes:
Y os voy a contar lo mal que lo pasé al casarme con uno de mis tres hijos: Urano, aquel a quien los humanos llamáis Cielo.
Durante mi matrimonio iba yo engendrando hijos de él, y estos iban desarrollándose en mi vientre. Pero cada vez que la hora del parto se aproximaba, mi monstruoso marido retenía al hijo en mis entrañas, impidiéndole ver la luz. Embarazo tras embarazo, mi vientre se iba hinchando, ya que todos mis hijos se encontraban en mí.
Hasta que un día llegó en el que ya no pude más, los dolores eran tan intensos que pensé que, si a él le era indiferente mi sufrimiento, yo debía dejar de obedecerle. Me daba igual su irracional temor a que uno de nuestros hijos le arrebatase su supremacía sobre el Cosmos.
Así que le di una hoz al más joven de mis hijos, Cronos, para que cortara los genitales de su padre la próxima vez que los introdujese en mí. Y así fue como mi hijo castró a su padre la siguiente vez que me hizo el amor.
Nunca he vuelto a ver a Urano. Vivo tranquila desde entonces. De su sangre brotaron las terribles Furias, los monstruosos Gigantes, las ninfas de los fresnos. De su miembro arrojado al mar nació la más hermosa de las diosas, Afrodita.
Pero, sobre todo, vieron por fin la luz mis hijos:
Los Cíclopes, que aún hoy forjan el fuego de Zeus.
Los Hecatonquires, gigantes de cien brazos.
Los Titanes:
Océano, el río que circundaba el mundo.
Ceo, titán de la inteligencia.
Crío, dios de los rebaños y las manadas, esposo de Euribia (hija de Ponto).
Hiperión, el fuego astral.
Jápeto, esposo de la oceánide Clímene y padre de Prometeo y Epimeteo, creadores de la raza humana.
Atlas, castigado a sostener la tierra sobre sus hombros .
Ceo, titán de la inteligencia.
Crío, dios de los rebaños y las manadas, esposo de Euribia (hija de Ponto).
Hiperión, el fuego astral.
Jápeto, esposo de la oceánide Clímene y padre de Prometeo y Epimeteo, creadores de la raza humana.
Atlas, castigado a sostener la tierra sobre sus hombros .
Crono, el más joven que destronó a Urano y fue rey de los dioses.
Mnemósine, personificación de la memoria y madre de las Musas con Zeus.
Rea, reina de los dioses con Crono.
Temis, encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres, y madre de las Horas y las Moiras con Zeus.
Tetis, diosa del mar.
Tea, diosa de la vista.
Las Titánides:
Febe, la de la corona de oro.Mnemósine, personificación de la memoria y madre de las Musas con Zeus.
Rea, reina de los dioses con Crono.
Temis, encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres, y madre de las Horas y las Moiras con Zeus.
Tetis, diosa del mar.
Tea, diosa de la vista.